Tras el escándalo de Urdangarín, las idas y venidas al juzgado y los papeles y correos electrónicos que han sido presentados como pruebas, la Infanta Cristina parece que se va a ir de rositas, ya que finalmente no ha sido imputada.
Ante el creciente desánimo de los ciudadanos españoles, entre recesiones, crisis, rescates y recortes, la justicia española está dejando mucho que desear.
Por un lado Isabel Pantoja, parece ser que tampoco va a ir a la cárcel, pese a estar condenada a prisión. Pero claro, qué bonito es ser famoso y tener dinero para poder pagar una multa y salir del paso. Lo mismo ocurre con el torero Ortega Cano, también condenado y que seguro que finalmente se libra de ir a la cárcel.
Lo mismo parece que va a ocurrirle al Duque de Palma (o empalmado) y a su mujer, la Infanta Cristina de Borbón, que por aquello de ser hija de quien es, y hacerse la loca respecto a las actividades que Urdangarín estaba llevando a cabo (sabidas incluso por el Rey), parece que también va a echar un tupido velo y olvidar el marrón que se le ha caído encima.
Y sí, señores así es la justicia española. Los ricos no van a la cárcel, porque lo pueden pagar. Los banqueros se prejubilan con indemnizaciones millonarias que no les corresponden (mientras España agoniza), los listos de las preferentes, también se salvan el culo, y encima pretenden que la monarquía española también se salga por los cerros de Úbeda.
Creo que ya está bien de tanta tomadura de pelo. Deberían ir a la cárcel porque se lo merecen, porque es su castigo por ir de listos, por querer abusar y por ser unos caprichosos. Ya está bien de que los errores los paguemos los demás. Urdangarines, Pantojas, Ortega Canos, Infantas, banqueros y quienes más sean… merecen un castigo ejemplar y no librarse del mal que han causado. Vergüenza les debería dar. A ellos, a los jueces y a justicia española en general.